A veces hemos oído decir que en la vida siempre estamos en una tormenta, o entrando, o saliendo o en medio de ella. Y es verdad, a veces la vida hasta puede parecernos injusta, en ocasiones implacable. Tenemos que asumir, que las tormentas son parte de la misma, y aunque muchas veces en ese momento no les encontremos sentido, o nos sintamos golpeados en exceso, cansados en exceso, siempre hay otra manera de interpretarlas. Y si tenemos la mente abierta para poder superar esa primera reacción nuestra, de aturdimiento y negatividad que nos causan, nos daremos cuenta, que algunas tormentas vienen para ayudarnos, para despejarnos el camino correcto y dejarnos claro que es ése el que tenemos que seguir.
Nos ayudan porque a veces vamos por el camino equivocado sin darnos cuenta, o porque hemos decidido conformarnos y necesitamos ese zarandeo para ser conscientes y enderezar las cosas. ¡Probablemente si seguíamos así no hubiéramos sabido donde hubiéramos acabado! A veces perdemos cosas buenas, para obtener cosas maravillosas. Si creemos en nosotros mismos, si confiamos en el proceso y en el timing del mismo, cuando todo pase, seremos capaces de entender el porqué de todo.
Todas estas dificultades que enfrentamos en ciertos momentos, solo nos están preparando para algo mejor, para volvernos más fuertes, y aunque nunca estamos preparados para lo que nos depara la vida, piensa que estarás lo más preparada que puedes estar,y lo más fuerte que puedes estar para seguir creciendo, aprendiendo y como nos gusta decir aquí… ser la mejor versión de ti misma.